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Cuando llegamos a FNAC Triangle nos encontramos con una marea humana increíble. Las firmas no habían comenzado aún y la organización todavía no tenía separados a los lectores por autor. Así que aquello era bastante confuso. Yo sin embargo estaba tranquilo, veía mis libros entre la gente y eso me daba confianza. Porque compartir stand con Risto Mejide, Christian Gálvez, Matilde Asensi, Xavi Martínez, Vicky Martín Berrocal, Josef Ayram, Carmen Lomana... te plantea dudas. ¡Igual no viene nadie a verme! Pero sí que fueron. Y muchísimos. "Mis" lectoras nunca fallan. Y no sabéis como lo agradezco. Podemos estar satisfechos de esta aventura que entre todos hemos llevado tan lejos. Una vez más, GRACIAS.
Este año, de los cuatro que llevo yendo a Sant Jordi, es en el que más personajes famosos (que salen en la tele o son populares por otras facetas diferentes a la de escribir, para que nos entendamos) he visto firmando libros, escritos por ellos o no. Y se ha abierto un debate en la calle sobre el tema. Mucha gente se ha quejado de esto. Incluso autores o prensa especializada.
Yo os doy mi humilde opinión.
Nadie es más que nadie. Todo el mundo está en su derecho de publicar una novela, hacer un libro de lo que quiera y, las editoriales, están en el suyo de darles cabida. A mí no me parece mal. Lo importante a día de hoy es que se vendan libros. Por las editoriales, por los propios autores (que a veces somos tan orgullosos que solo vemos bien lo nuestro) y sobre todo por los libreros. Las librerías son los que más lo necesitan. Estamos en plena crisis, con el problema de la piratería con el cuchillo entre los dientes, y las ventas han disminuido muchísimo. Mucha gente se va a quedar sin trabajo y algunas tendrán que cerrar, incluso. De hecho, ya se están cerrando pequeñas librerías que no han podido seguir adelante. Por eso, cuando aparece un título que vende, sea de un famoso, de un autor contrastado o de alguien que empieza, lo ven con buenos ojos. Además, sobre gustos no hay nada escrito. Y nadie tiene la verdad absoluta sobre las cosas. Así que respeto máximo a las editoriales y a esos "autores populares".
Si bien es cierto que, a veces, esos escritores famosos reciben más peticiones de fotos, la gente se acerca a verlos por curiosidad, que para comprar sus libros.
Pero volvamos a la crónica del día.
Durante esas dos horas en Triangle no dejé de firmar ni un minuto. El único instante que paré fue para saludar a Christian Gálvez, un tío majísimo y que se lo ha currado mucho con su libro "Tienes talento" basado en Leonardo Da Vinci. Nos deseamos suerte para el resto del día, nos felicitamos mutuamente y continué con la firma de libros.
La anécdota de la mañana la tuve con Carmen Lomana que llegó pletórica y se sentó justo a mi derecha. Creo que ella se hizo mil fotos más que yo. Se subía encima de la larga mesa del stand y posaba con sus seguidores. Hasta me dio una patada sin querer. Tanto alboroto se formó en torno a ella, entrevista de televisión incluida, que tuve que sentarme en la silla que estaba libre a mi izquierda para tener más espacio. Fue algo surrealista.
Pero en éstas, escucho como Carmen empieza a preguntar quién era el chico de la gorra que estaba a su lado. Cuando le informan, se acerca hasta mí y comenzamos a hablar, aunque no dejé de firmar libros en ningún instante. Se interesó por la cantidad de lectoras que había allí, cuál era el secreto para vender tantos libros, de donde era, por qué no me conocía hasta ahora... la verdad es que fue muy simpática conmigo. Un par de minutos después regresó a su asiento y siguió haciéndose fotos con sus seguidores. Hasta que Ester le llevó una gorra "Blue Jeans". Le comentó algo de mí y se me volvió a acercar para obsequiarme con un beso en la mejilla y un abrazo por detrás. Entonces nos hicimos una foto y seguí firmando. Fue muy cariñosa y desde entonces le guardo un buen recuerdo.
La firma de FNAC Triangle fue agotadora. Y las dos horas que estuve, insuficientes. Tuvimos que acelerar la marcha y firmar rápidamente a la gente que quedó al final porque no daba tiempo de más. No me gustan las firmas express porque no puedes atender al lector como se merece, pero en ocasiones no hay más remedio por falta de tiempo. También me ha pasado últimamente en Valencia y Sevilla. Por mí estaría todo el tiempo que hiciera falta, sin embargo, la mayoría de veces, no depende de mí. Y no sabéis cuando lo siento.
Algunas chicas más avispadas decidieron marcharse de allí rápidamente y hacer cola en el Corte Inglés de Plaza Catalunya, donde tenía la siguiente firma a las 13.00. Allí fue una locura también Y fui tan deprisa que cinco minutos antes de la hora, acabé de firmar a todo el mundo. Nos vino genial porque teníamos un acto en la Apple Store de Paseo de Gracia a las 14.00 y no queríamos llegar tarde. Allí me esperaba un evento muy especial.
La casa Apple, unas semanas antes, nos había propuesto a Javier Sierra y a mí, a través de Planeta, que escribiéramos material inédito de nuestros libros para presentarlo en su macro tienda de Paseo de Gracia el día de Sant Jordi. Ni que decir tiene que no se le puede decir que no a Apple. Es todo un honor y un privilegio que se fijen en ti para este tipo de cosas.
Así que escribí un relato, que se puede comprar por 0.99 en cualquier librería digital, con Raúl de protagonista: "El Club de los Incomprendidos: Conociendo a Raúl".
El acto fue diferente a todo lo que hice durante ese día. Los lectores que acudieron, realizaron preguntas y compartí mis experiencias como autor con ellos. Fue una balsa de tranquilidad entre tantas prisas.
La gente de Apple se portó de diez conmigo. Les estoy muy agradecido por el trato tan exquisito y personal hacia mí y hacia todos los lectores que fueron, a los que regalaron una tarjetita con el código para descargar gratis el relato. Fue muy divertido y espero repetir. Pero el tiempo se nos echó encima, ya que a las 16.00 tenía una nueva firma y teníamos que pasar primero por el lugar en el que Planeta había organizado la comida de autores.
A las 15.30 llegamos al local, espectacular por cierto, y quedaba todavía gente, aunque mucha ya se había ido a continuar con su trabajo. Fue curioso compartir el mismo escenario que Chicote, Carlos Ruiz Zafón, Anna Tarres, Santiago Posteguillo, Lorenzo Silva... y tantos y tantos autores de prestigio, y tantos y tantos "famosos", todos allí mezclados, charlando los unos con los otros. Me hubiera gustado intercambiar alguna palabra con Zafón, uno de los escritores a los que admiro de verdad, pero no fue posible. Las prisas. Me tomé una Coca Cola, un pinchito de carne, otro de piña y rápidamente, con Ester, Anna y Josep, que se nos unió por la tarde, cogimos un taxi camino de la primera firma de la tarde en Casa del libro.
Pero eso y todo lo que pasó durante la tarde y la noche os lo contaré otro día.
Adelanto: Todavía no os he contado lo que hablé con Frank de la Jungla... ¿Queréis saberlo? ¿Quién me regaló su bolígrafo para que no se me hiciera una ampolla tan grande al firmar? ¿Con qué pareja de autores juveniles mantuve una curiosa conversación mientras sonaba Camilo Sesto en la Fiesta de Planeta por la noche?
En la tercera parte de la crónica lo averiguaréis! Eso y muchas cosas más.
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